‘Conocerás al hombre de tus sueños’, de Allen
Entretenimiento 8 Abril 2011, 10:15 PM Comentarios 2 - último digitado en 9 Abr a las 7:12 AM‘Conocerás al hombre de tus sueños’, de Allen DE ESTA CINTA NOS GUSTA MÁS LA HISTORIA EN SÍ QUE SU PUESTA EN ESCENA
Nos van a tildar de fanáticos de Woody Allen cuando lean lo que sigue sobre esta última película suya que hemos visto, “You Will Meet a Tall Dark Stranger”.Y, si así lo hacen, tendrán toda la razón del mundo: realmente, somos tan fanáticos de Woody Allen como algunos son de la Torá, del Corán o de la Biblia: siempre (casi) encontramos virtudes en sus filmes.
Por supuesto, no somos “tan” fanáticos como para no reconocer que esta obra suya no está a la altura de algunas de sus imborrables, imperecederas de épocas pasadas: “Manhattan”, “Annie Hall”, “The Purple Rose of Cairo”, “Radio Days”, Interiors”, Crimes and Misdemeanors”, “Husbands and Wifes”, incluso la moderna “Match Point”, todas son superiores a la presente.
Y, sin embargo, nos gusta esta historia creada por Woody, nos gusta más la historia en sí, creada por su mente enfebrecida y siempre en ebullición, que su misma puesta en escena.
Y es que este rompecabezas que va formando poco a poco entre parejas maduras, parejas jóvenes, parejas desavenidas, personajes crédulos hasta el cretinismo, ilusiones esfumadas con el rápido devenir de los días, esperanzas fallidas, esperanzas tomadas de prestado y grandes frustraciones es un fiel producto de este hombrecito que no para de trabajar y que, tal vez por esa misma razón, a ratos nos falla, nos desilusiona, nos deja esperando.
Alfie Shebritch (Anthony Hopkins), divorciado de Helena (Gemma Jones), entregado a la insensata búsqueda de una renovada juventud tiempo ha perdida y “conquistando” a una joven hetaira que únicamente desea d i s - frutar de su dinero. Mientras ella, Helena, se entrega en brazos de una “adivina” que profetiza falsos porvenires llenándole la cabeza de sueños necios en tanto le saca buen dinero.
Por su parte, Roy Channing (Josh Brolin) vive la angustia del escritor cuya primera obra fue una revelación, pero que no da pie con bola para continuar su carrera.Tiene que hacer de chofer, y, de buenas a primeras, se aferra a una trágica circunstancia que luego resulta una trampa del destino.
Mientras su esposa, Sally (Naomi Watts) trabaja y se ayuda con el dinero de su madre Helena, y funda su porvenir en una fugaz ilusión masculina, exactamente lo mismo que hace él, obsesionado por la presencia de su vecina de rojo, Día (Freida Pinto).
Y Greg, casado y disgustado con su matrimonio que vive su opulencia de rico conquistando a toda la que cruza en su camino, coqueteando, ilusionando, entrampando, y todos esos personajes girando como una noria hasta que comprenden que ya sus destinos están cumplidos, que no hay más posibilidades.
Admirable fotografía del veteranísimo Vilmos Zsigmond, con el tipo de suave musicalización que es típica de Allen, un par de piezas populares 80 años atrás, unos trozos de Bocheerini, todo subrayando sin demasiado intensidad esas imágenes que se deslizan sin tropezones pero que, aun así, no poseen la fuerza, la convicción que nos ha llegado a embelesar en otros filmes del neoyorquino.
Todo aderezado por un grupo de muy buenos actores que, aunque posiblemente no dan lo mejor de sí, de todos modos resultan convincentes en esta trama de seres atrapados por un insólito destino que les ata a todos a ese carrusel de angustia y decepción.
View the original article here
