“Una esposa de mentira”
Se suplica encarecidamente a los aficionados al cine que no nos hagan muchas preguntas sobre este rollo porque, apenas pasados unos 45 minutos, partimos raudos a casita ante las continuadas estupideces argumentales que nos estaban soltando encima.
No hay manera de salvar una comedia en la cual aparezca el nombre de Adam Sandler, porque este señor, que en cierta ocasión llegó a parecer un actor de verdad (Reign Over Me), se ha convertido en el perfecto sinónimo de vacuidad histriónica y su presencia anuncio de mediocridad fílmica.
Aunque en esta oportunidad no se trata de típico idiota que triunfa, de todos modos cualquiera puede apreciar, a través de los hechos que se suceden protagonizados por el tal Danny y, muy especialmente, por los diálogos sin sentido, que todo ese episodio que se desenvuelve frente a nuestros ojos es producto de una mente muy poco provista de capacidad literaria que piensa que la vida es una pura y perfecta mojiganga y que los seres humanos son huecos, hueros y estúpidos.
Pueden verla… si quieren botar su dinero.
View the original article here